lunes, 27 de octubre de 2008

f ) Los volcanes y la salud

      Los volcanes pueden afectar la salud de las poblaciones de dos maneras: de forma directa a causa de las explosiones, las corrientes de lava, cenizas, y otros efectos, y de forma indirecta al causar tsunamis, desplazamientos poblacionales y efectos adversos en la agricultura.
      Dos variables determinan las características de una erupción volcánica: la fluidez o viscosidad de la lava, y la magnitud de la presión de los gases. En resumen, cuanto mas viscosa es la lava y más grande la presión de gas que se acumula antes de la erupción, mayores serán los peligros potenciales. La actividad volcánica varia desde la salida tranquila de lava, hasta explosiones violentas que arrojan voluminosas masas de rocas a grandes alturas de la atmósfera. Dicha actividad anterior puede clasificarse en 6 categorías:


1) corrientes de lava
      La extensión, espesor y velocidad con que avanza una corriente de lava varia con su volumen, su fluidez y la topografía del terreno. La velocidad con que avanza la corriente varia de unos cuantos metros al día. hasta 40 km por hora o más en laderas muy inclinadas. Sin embargo, dado que la rapidez de avance es pequeña, las corrientes mencionadas conllevan poco riesgo para la vida. No obstante, dado que pueden dañar extensamente las propiedades, se han intentado diversos métodos para controlar la dirección del flujo y la velocidad, incluidos el empleo de explosivos detonados desde el aire, la erección de barreras de desviación y el enfriamiento del frente de lava, con chorros de agua.

2) domos
      La lava viscosa puede acumularse en los orificios de salida para formar domos que crecen por expansión interior y su tamaño varia en varios metros de ancho y su profundidad, puede llegar a 2 000 metros de ancho y 600 metros de hondo. La expansión de un domo hace que se rompa la coraza exterior sólida o "carapacho" y el desplazamiento continuo de bloques, que ruedan, pueden representar peligro para los habitantes de la zona cercana. En algunos casos, el enfriamiento del magma viscoso que sobresale por fracturas de la coraza del domo forma "espinas", las cuales a veces tienen 100 m de altura, éstas son inestables y pueden ocasionar avalanchas.

3) tefra
      El término denota el material arrojado durante las erupciones volcánicas, cuyo tamaño varia desde polvo hasta rocas de varios metros de espesor. Los tefra mayores tienden a depositarse cerca del orificio de salida, en tanto que el polvo y las cenizas inyectados en los planos altos de la atmósfera, pueden ser llevados a miles de kilómetros de distancia.
      Efectos directos de los tefras. Las grandes piedras que caen pueden desencadenar incendios o lesionar personas o animales. Una vez depositada la ceniza, rara vez es lo suficientemente caliente como para causar incendios. Sin embargo, el peso de ella puede hacer que se desplomen los techos de las casas.
      Las erupciones que generan cenizas de forma continua y por largo tiempo pueden obligar a evacuar a la población de la zona de peligro, aunque son pocos los ejemplos de estas situaciones. Otros dos tipos de erupción de cenizas serían el levantamiento de la base y el flujo de cenizas. El primero se forma en la base de algunas columnas volcánicas y consiste en una nube anular de cenizas suspendidas que se expenden con gran rapidez, y erosionan la superficie cerca del cráter. En la zona interna pueden desgajarse o desarraigarse árboles y elevarse edificios, a distancias mayores es factible que haya objetos aplastados a causa de la severa tempestad de arena. En algunas erupciones, gran parte de las cenizas quedan suspendidas en una nube y se desplazan cerca del suelo, efecto conocido como "flujo de cenizas". La fricción se elimina al expenderse el gas dentro de la nube, lo cual hace que se conserven separadas las partículas de ceniza. El flujo es impulsado por gravedad, y sigue las anfractuocidades del terreno; el flujo de cenizas a veces excede los 200 km/hora.
      Efectos de las cenizas en las vías respiratorias y ojos. Para valorar los riesgos que tiene la lluvia de cenizas en la salud de personas son importantes cinco factores: la concentración del total de las partículas suspendidas que viajan por el aire; el tamaño de la partículas; la frecuencia y duración de la exposición; factores adicionales como enfermedades preexistentes de las vías respiratorias, y la presencia de sílice cristalino (SiO2) en las cenizas.
      Los humanos pueden sufrir asfixia a causa de las cenizas volcánicas. En Pompeya, sepultada por la erupción del Vesubio el 79 de nuestra era, se observó que algunas víctimas encontradas en las excavaciones, se cubrían la cara con las manos o con ropas, quizá asfixiadas por las cenizas.
      Los cristales de silicio que viajan por el aire y que tienen tamaño "respirable", es decir, menos de 10mm de diámetro por partícula cuando penetran al alveolo pulmonar pueden irritar las vías respiratorias y ocasionar síntomas de obstrucción en ellas. Si la exposición se hace a una concentración suficientemente grande por bastante tiempo, puede resultar silicosis, que es una fibrosis pulmonar incapacitante y a veces mortal.


4) Avalanchas de material incandescentes (nubes ardientes o corrientes piroclásticas)
      Se reconocen tres tipos de avalanchas identificadas por el nombre de los volcanes en el que cada uno se observó por primera vez, éstos son los efectos (Sofrière, Merapi y Pelee). A pesar de que los mecanismos por los que ellos se forman son diferentes pero sus efectos son semejantes: una masa turbulenta de gases supercalentados en la que hay polvo, cenizas calientes y fragmentos de lava que viajan, incluso, a 160 km/hora la cual destruye todo a su paso. La avalancha de material incandescente que devastó la población de St. Pierre, Martinique, en 1902, causó la muerte de los 28 000 habitantes.


Volcan PELEE

5) Lahares
      Este término se aplica a muchos tipos de lodo volcánico que fluye y cuya temperatura varia desde muy baja hasta la ebullición. El lodo impulsado por la gravedad puede avanzar incluso a 100 km/hora, recorrer distancias considerables y cubrir áreas aun de varios cientos de kilómetros cuadrados. Los lahares son comunes y son la causa principal de destrucción y muertes por los volcanes. Ellos pueden nacer de la expulsión de agua de un lago en el cráter, por nieve fundida, por el desplazamiento de ceniza o tierras saturadas de agua en las faldas de un volcán, y de otras formas en que la actividad volcánica interactúe con agua. Dado que son capaces de viajar con rapidez extraordinaria pueden causar innumerables muertes. Por ejemplo, en Kelud, Java, en 1919 un lahar mató a 5 000 personas y se perdieron cientos de kilómetros cuadrados de tierra.
      En raras ocasiones, un lahar puede contener ácido sulfúrico o clorhídrico en concentraciones suficientes como para causar quemaduras químicas en la piel al descubierto; se sabe de un caso de este tipo que fue consecuencia de la explosión de un lago en el cráter de Kawah Idjen, en Java, en 1917.

Volcán de azufre

lahar

6) gases volcánicos
      Los gases expulsados por acción volcánica contienen diversas proporciones de vapor de agua, bióxido y monóxido de carbono, bióxido y trióxido de azufre, ácidos sulfhídrico, clorhídrico, fluorhídrico, metano e hidrocarburos más complejos, así como nitrógeno, argón y otros gases inertes que afectan a la población de diversas formas. El bióxido de carbono y el bióxido de azufre pueden causar asfixia; el primero, al acumularse en "masa" en zonas muy bajas, y el segundo por los efectos directos que causa el tracto respiratorio.

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